sábado, 23 de noviembre de 2013

Encuentro enigmático con una niña taiwanesa (finales noviembre 2013)

Sueño hermoso y enigmático. Llego tarde al trabajo y he aquí que, entre prisas y ajetreos, voy a parar a la casa de una familia taiwanesa. Al parecer, acudo allí regularmente, como una especie de parón o estación intermedia, o como si debiese recoger algo en aquel lugar, diariamente, antes de proseguir con mi día.

La casa está ataviada según los modos asiáticos. Hay persianas con franjas finas y cilíndricas de madera, pequeñas estancias con muchos detalles, alfombras y adornos circulares, muchos enseres de papel o de tela fina. Y una luz en alternados y geométricos claroscuros.

Anda por ahí una niña-joven bonita e inocente. Revolotea a mi alrededor como si se alegrara de verme, como si le distrajera o quisiera pavonearse. Su madre está en la cocina, muy absorta guisando algo. Creo recordar que también hay algún gato u otro pequeño animal merodeando con parsimonia.

Veo que tienen una especie de farolillo o incensario con un pequeño hato de tela en su interior, de donde mana un generoso y constante vapor. Me parece olfatear una suave y balsámica fragancia, y pregunto si lo utilizan como ambientador, pero la niña me replica, con la mueca graciosamente torcida, que apenas se trata de unos trapos calientes.

Antes de partir en dirección al trabajo, me conmueve la niña y desearía quedarme con ella. Le paso los nudillos de la mano por la mejilla, como gesto de ternura, y me marcho con un cierto vacío en el corazón.

Ver relato inspirado en este sueño


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