domingo, 10 de diciembre de 2017

Duermevela: desorientado, llorando, miedo a la muerte de seres queridos (10 diciembre 2017)

Microsueños y sensaciones en la duermevela durante una siesta en el sofá. Cada inmersión en lo onírico se traduce en una especie de taponamiento súbito en los oídos. Aparecen entonces miedos muy profundos y enterrados, entro en estado de total fragilidad emocional, sin protección alguna del principio de realidad o la razón; como un niño pequeño.

Pierdo la orientación al adormecerme y me imagino a mí mismo del revés, en varios ángulos, posiciones y centros gravitatorios. La sensación me divierte y a la vez me angustia, como si estuviera fuera del mundo, sin coordenadas o cercano a la muerte.

Cada vez que me adormezco me sobrevienen pensamientos, recuerdos o premoniciones sumamente melancólicos que me hacen llorar intensamente (aunque parece que en la vida real no lo estoy haciendo): por ejemplo, al evocar mi padre durante mi niñez, al evocar su posible pérdida, o la muerte de otros seres queridos, como José C., marido de Carmen C.

En la misma duermevela, tengo varios falsos despertares en los que siento como me deslizo por el sofá hasta arrastrarme por el suelo y llegar al lavabo, guiándome por el tacto y con los ojos cerrados. Tengo la casi certeza de que lo estoy haciendo en la vida real, aunque no es así. Fantaseo con trasladarme sin salir del estado de reposo onírico.

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